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El uso de la IA en la prevención de fraudes

Con el uso y el desarrollo de las tecnologías surgieron otras oportunidades para el robo y el fraude de índole digital. Sin embargo, la Inteligencia Artificial (IA) trajo consigo nuevas formas de auditoría. Agilizando procesos y ofreciendo mayor confianza a la hora de realizar rutinas de comprobaciones.

En una encuesta realizada de forma global por la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE) junto al Instituto SAS, se puso de manifiesto que el 13% de las organizaciones en la actualidad utilizan IA y machine learning (ML) para combatir el fraude. Mientras que un 25% de las restantes esperan incorporar dichas tecnologías en los próximos dos años.

Según pronósticos, en los próximos dos años se espera que se triplique la utilización de IA y ML. De igual manera, más de la mitad de las empresas piensan incrementar su presupuesto tecnológico a fin de utilizarlo en la prevención de los crímenes digitales, y se estima que para el 2021, tres de cada cuatro empresas utilicen informes de excepciones y detección de anomalías.

La IA contra los delitos de fraude digital

Entre las diversas utilidades que ofrece la IA en el enfrentamiento de delitos digitales, se encuentra el análisis de los dispositivos y navegadores. A partir de estas pesquisas es posible detectar patrones de conductas que ayuden a distinguir los comportamientos “no humanos”. Con dicha técnica se hace posible la detección de bots programados para realizar tareas que pudieran resultar perjudiciales (saturación de peticiones, apertura indiscriminada de cuentas de servicios, etc.). Los bots por lo general visitan el mismo grupo de dominios a las mismas horas, un comportamiento que a los ojos de las herramientas es identificado como tráfico inválido.

El uso de la IA permite analizar hasta 10 000 millones de impresiones en un mismo día. Al propiciar modelos de machine learning se facilita la predicción del fraude digital y a la misma ves ayuda a detectar los nuevos tipos de fraudes que van surgiendo. En la actualidad compañías como Amazon o Uber, trabajan en grandes proyectos de innovaciones apoyándose en el big data.

Por otro lado, la inteligencia artificial abre una nueva oportunidad para el sector de la publicidad digital. A través de su utilización será posible rentabilizar al máximo las inversiones en las compañas digitales y, a la vez, hará posible la predicción de estafas en las webs, asegurando así la reputación de empresas y compañías.

Algunas de sus aplicaciones

Los ejemplos de la utilización de la IA en la detección de crímenes son extensos. En la actualidad es posible identificar tanto los simples robos, como otros tipos de delitos más graves. Muchos sistemas bancarios se apoyan en dicha tecnología para detectar fraudes o lavado de dinero. Así como muchas de las compañías digitales se benefician del aprendizaje de las computadoras para impedir la publicación de contenido prohibido (violencia, pornografía, etc.). El continuo crecimiento de la información junto a las crecientes exigencias de las autoridades, entorno a la protección y administración de dichos datos, no deja otra salida. La IA despunta como la forma más rápida y segura para seguir el ritmo de los ciberdelincuentes más sofisticados.

En la actualidad las redes sociales deben identificar y eliminar casi de forma inmediata todo contenido que haga alusión a determinados comportamientos (terrorismo, discriminación, fake news, etc.). Las herramientas que están basadas en IA son las más indicadas a la hora de interpretar la mayor cantidad de información. Hay grandes posibilidades de que con el paso del tiempo éstas herramientas dejen de ser opcionales y se conviertan en un requisito indispensables para la operatividad efectiva de las grandes compañías.

A modo de ejemplo es preciso citar como Visa apoyándose en la IA hizo posible la detección de fraudes que ascendían a un valor total de 25 000 millones de dólares. Durante 12 meses (culminando en abril 2019), la compañía analizó 127 000 millones de transacciones (una por cada milisegundo) entre comerciantes e instituciones financieras. Una tarea que, de no ser por la IA, no hubiera sido humanamente posible.

No hay dudas de que los fraudes y delitos digitales siguen siendo un gran desafío para las empresas y compañías. Aquellas que consigan hacerlo podrán protegerse a sí misma y, a la vez, conseguirán proteger a sus clientes. Una gestión que lógicamente se traduce en una mejor reputación empresarial.